"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

martes, 15 de diciembre de 2009


(Randolph Fitzparsons)

Louella Parsons dijo...
MONSIEUR querido,

¿Este Darren no era ese pariente pobre de tu amigo Alfred Williamson cuyo temor a quedarse sin tierras en el reparto familiar le tentó a casarse con aquella rica escocesa cuya inocencia habría bastado para cumplir su propósito?
Afortunadamente, su padre, un hombre que aplicaba su legendario escepticismo hasta sus últimas consecuencias, reconoció enseguida al farsante e impidió tan disparatada unión. Tras este fracaso, la desconfianza en si mismo se apoderó por completo del acomplejado Darren y desapareció sin dejar rastro.

10:31 AM

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Monsieur de Sans-Foy dijo...
DEAR LADY PARSONS:
No, no son esos Williamson, querida. No son gente de nuestra clase.
Estos desmanes vienen del empeño de tu bisabuelo Sir Reginald por escolarizar a la clase obrera.
Cuando en Parsons Manor se pagaba a los peones con vales de comida, la comarca era un remanso de paz. La caza bullía en los bosques, no había problemas de sobrepeso y los niños se convertían en mineros sanos y robustos.
Pero el progre de Sir Reginald -vergüenza del partido Tory- tuvo que hacer aquella apuesta con mi tio bisabuelo, el barón de Foy:

-Monsieur le baron: le apuesto mi cocinero francés a que, en un año, cualquiera de mis peones sabrá escribir su nombre.

-¿Incluirá su señoría también a Margie, la camarera, contra cien guineas?

-Por supuesto, querido barón.


Seis meses después, los peones demostraron su habilidad firmando un manifiesto en el que exigían la abolición de los castigos corporales, la jornada de 65 horas y el Sufragio Universal.

Así nos va...

11:05 AM

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Louella Parsons dijo...
SANS-FOY, sweety

Estás equivocado. Mi bisabuelo era extremadamente bondadoso y su loable intento por culturizar a sus criados carecía de cualquier interés que no fuera el bienestar de aquellos. Esta ardua tarea que con tanta ambición llevó a cabo, le valió no sólo injustas e inmerecidas opiniones que de él se vertieron en el Parlamento sino la ingratitud y deslealtad de sus sirvientes. Sir Reginald, incapaz de entender la traición, cayó en un estado de profunda melancolía del que nunca se repuso.

11:43 AM

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Monsieur de Sans-Foy dijo...
Querida LOU:
Como te prometí, te avanzo el comienzo de mi "Breve Historia de la Familia Parsons", en seis volúmenes":

El primer Parsons del que se tiene noticia es Randolph Fitzparsons “Pecho toro”, que aparece en el tapiz de Bayeux jugando a las tabas con Guillermo el Conquistador.
Randolph Fitzparsons fue célebre por su fuerza (es fama que, en cierta ocasión, mató un oso con un escarbadientes) Era, en cambio, algo corto de vista: casó tempranamente con una rica escocesa: Urganda la Pilosa.
Cuando, años después, descubrió que era un hombre, solicitó la nulidad del matrimonio, pero le fue denegada por el Papa mediante la célebre bula “Fastidiandum est”.
(CONTINUARÁ...)

11:34 AM

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Louella Parsons dijo...
Te vuelves a equivocar, querido MONSIEUR.
La candidez de la familia PARSONS es legendaria pero la envidia de los resentidos biógrafos les lleva a desear que hayan ocurrido acontecimientos tan poco razonables como lo que cuentas de ese tal Fitzparsons y que me niego a repetir.
Te encuentro algo desencaminado estos días. Cuídate de esa chismosa de Mary Tipton que frecuentas esta temporada, dear.

12:19 PM

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