"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

viernes, 14 de mayo de 2010

Ebenezer McGrog dijo...
- Arnold: sé lo mucho que te gusta el circo, y se da la singular circunstancia de que acaba de instalarse uno en el pueblo. Esta mañana, al ver los brillantes carromatos, las fieras enjauladas y todas esas gentes extraordinarias venidas de lejanos rincones, pensé en ti y me dije: cómo disfrutaría el joven Fitzwilliams con todo esto. De modo que, si consigues observar una conducta medianamente aceptable en los próximos días, es posible que te conceda permiso para que acudas a alguna de las sesiones. Y quizás sería buena idea que llevases contigo a la señorita Theodorakis... Sólo una cuestión más, muchacho: quisiera pedirte un pequeño favor.

8:56 PM

No hay comentarios: