"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

jueves, 13 de mayo de 2010

Wilbur Porridge dijo...
(Interior. Wilbur Porridge se encuentra sentado en una mesa. Está escribiendo una carta mientras lanza miradas nerviosas, por encima del hombro, hacia la puerta cerrada del cuarto)

Venerada Miss Tipton.

Espero que algún día pueda perdonar el atrevimiento (aunque sé que es inexcusable) que supone dirigirme a usted mediante esta carta. Tengo que confesarle que la primera vez que la vi, paseando por los jardines de Parsons Manor, quedé impresionado por la dignidad y sensibilidad que emanaba de su altivo porte. Más tarde, por las conversaciones casuales que tenía oportunidad de escuchar mientras servía té y pastas, pude confirmar mi primera impresión, y apreciar la profundidad y riqueza de matices de su espíritu. No tengo la temeraria osadía de aspirar a nada. Se que habitamos mundos muy distintos, y se perfectamente cuál es mi lugar. Y sin embargo… ¡Pero no! Hablar de otras cosas excedería el límite de lo tolerable, y únicamente quiero asegurarle que en mi tiene, tanto a su más fiel servidor, como a su más ferviente admirador. Devotamente.

Ebenezer McGrog

(Porridge mete la carta en un sobre, lo cierra, pone en él un sello, abre la puerta y, tras mirar a uno y otro lado del pasillo, abandona sigilosamente la estancia)

8:20 PM
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
LOU, querida:

La ciudad es agotadora.
Simplemente: no puedo soportarlo más.

Esta semana he comido fuera cinco veces. (Sí... ya sé que aún es Jueves, pero es que el Martes me tocó comer fuera dos veces: una con Herta y Ambrose van de Guays y otra con Muchison, Murchison & Slotkins. Quelle horreur!)

Rainer me ha dicho que os quedáis en Londres, al baile de la Embajada del Japón.
Los canapés de Sushi no son mi fuerte, pero supongo que habrá buen ambiente, con todos esos amarillos de frac haciendo reverencias.
(Además... con Mary Tipton en Parsons Manor, entiendo que no tengas prisa por regresar al campo).

Querida, si no te importa, me instalaré allí hasta el Lunes.
A Porridgele vendrá bien un cambio de aires. ¿Sabes? Últimamente se ríe solo en su habitación. Será el stress.

Me llevo a Kostas Theodorakis, el armador. (No te preocupes: sabe comer con cubiertos). Su hija Anaxágora es una deliciosa criatura de ojos negros. Demasiado vivaracha para mi gusto, pero me servirá de carabina si Mary Tipton ataca sur les courtes distances.

Te lo contaré todo.
(Cuidado con el sake. Es traicionero como un taxista en el Soho).

Yours

Eugène de Sans-Foy

9:47 PM
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Ebenezer McGrog dijo...
"Anaxágora, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. A-na-xa-go-ra... ¡McGrog, viejo idiota, deja de ponerte en ridículo! ... Vaya, la sexta vez que llaman del jardín. Lo cierto es que noto a Miss Tipton alterada y con un brillo algo demente en la mirada. Y Milady, mientras, en Londres, el canallesco irlandés pelando la pava con Rose, Monsieur instalado con el señor Teodorakis y esa...criatura deambulando como una ninfa de los bosques. No sé cómo va a terminar esto pero preferiría hacer frente a una carga de ulanos. ¿Dónde diablos se habrá metido Arnold?"

11:46 PM

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