"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

viernes, 12 de marzo de 2010

COSAS DEL PUNJAB



Ebenezer McGrog dijo...
Rose, la partida de catetos afronta un destino incierto por dos motivos: en primer lugar, la baraja está incompleta desde que Bucéfalo devoró a la abuela esquimal con ocasión del último picnic celebrado en honor de Monsieur de Sans-Foy, y considero discutible sustituirla por el rey de tréboles. En segundo lugar, Milady acaba de informarme del inoportuno percance sufrido por su sobrino segundo el teniente Granville-Cheddar, que se encontraba destacado con su regimiento en el Punjab y ha sido decapitado por error durante una cacería de leopardos. Recordarás al teniente, ese joven tan animoso que solía atravesar las cercas con su caballo en lugar de sortearlas por la parte superior. Es una gran pérdida para la familia y Parsons Manor guardará luto riguroso por plazo de tres días. Si su gota se lo permite, el reverendo Foxtrott oficiará un servicio fúnebre en la capilla. Prepara crespones y brazaletes.

1:13 PM

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Rose Downstairs dijo...
¡Oh, Mr. McGrog, qué contratiempo más inoportuno! No lo va a creer, pero casualmente Patty Sheridan, dueña de la única mercería cercana a Parsons Manor, cerró la tienda la pasada semana al aceptar una sustanciosa oferta económica de los Chong-Shé para abrir un "Fast-Wok". Tendré que acercarme personalmente a Coventry porque no me fío un pelo de esa inútil calamidad de Dora O'Flaherty, la doncella de Lady Parsons. Recuerde que la última vez que salió a hacer un recado vino asustadísima proclamando a voz en grito que había visto al mismísimo Belcebú al pasar por la tienda de discos de Paul Harrison que tenía en el escaparate un póster del cantante de Marilyn Manson. Aunque ahora que lo pienso todavía queda en la fresquera un sobrecito de tinta de calamar que sobró de la última vez que hicimos chipirones para su cumpleaños. Quizá aprovechando aquellos viejos calzoncillos que Sir Cornelius Sweaty-Paddle se dejó olvidados en la última visita podamos salir del paso…

1:58 PM

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Ebenezer McGrog dijo...
No nos queda más remedio que ser pacientes con Dora, Rose. Entró en la casa por recomendación de Lady Raspa, su anterior señora -comienzo a sospechar que para quitársela de encima- y su despido, aunque merecido, podría causar alguna incomodidad arriba. Dejemos que sea Milady la que abra los ojos ante semejante despliegue de incompetencia.

Y, ahora que lo mencionas, recuerdo haber visto los calzoncillos de Sir Cornelius convertidos en bandera pirata por ese desagradable rapaz de los Brown, que parece haber convertido el parque japonés en centro de operaciones.

2:21 PM

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Rose Downstairs dijo...
¡Qué cabeza la mía! Ahora que lo dice recuerdo el día en que el pequeño Brown se llevó los calzonzillos pensando que el slip de Sir Cornelius, tan lleno de cascarrias debido a esa incontinencia que le quedó tras su dolorosísisma intervención de almorranas, era uno de esos grandes pañuelos que los palestinos llevan anudados en el cuello. Ese pequeño diablillo tiene que ponerse en manos de un oftalmólogo sin demora. Voy a ir retirando la mantelería de canutillo, no vaya a ser que piense que es pana y pretenda llevársela también para hacerse una de esas vulgares blazier tan de moda entre la chusma laborista.

4:03 PM

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