"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

viernes, 9 de abril de 2010

TIEMPOS MODERNOS



Ebenezer McGrog dijo...
Aprendí de mi abuela Angharad que el deporte es algo más que un simple juego, Rose: es un desafío. Dada la natural dejadez del barón von Drahthaar-Schnauzer debo ocuparme personalmente de su equipamiento para la importante cita del domingo. Ante todo, la indumentaria: no concibo la celebración de una regata en territorio británico si los contendientes no visten de manera apropiada, y en este caso, la presencia de caballeros a bordo exige un respeto aún mayor por las normas de etiqueta. Los calzones de remar de Lord Parsons andarán por algún lado. Ya sé que el prometido de Milady ocupa el espacio equivalente al de tres difuntos duques, pero no podemos consentir que la comodidad prevalezca sobre la compostura: la victoria sólo sonríe a los que saben sufrir. ¿El fin de semana se presenta caluroso a orillas del Cam, dices? No importa. Los privilegios de cuna deben rendir tributo al espíritu de sacrificio porque sólo así podrá cundir el ejemplo entre las clases inferiores. Quiero todos los botones de la camisa del barón debidamente repasados con especial refuerzo para el del cuello, que suele salir disparado a causa de la presión. Y la pechera, bien almidonada.

11:14 AM
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Rose Downstairs dijo...
¡Dios Santo! Qué mal se cosen estos nuevos tejidos con los que fabrican ahora las prendas acuáticas. El hilo no hace otra cosa que enredarse entre las escamas. Y esta etiqueta por fuera…¡dónde se habrá visto! Nada, nada, el "Speedo" este va hacia dentro.

6:10 PM

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