"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

viernes, 16 de abril de 2010

MOONLIGHT SERENADE



Wilbur Porridge dijo...
Querida Rose.

Te supongo enterada de la visita que mi señor y yo vamos a realizar a Parsons Manor acompañados de un conde extranjero. Es éste una persona de gran espiritualidad, como atestiguan su palidez y la profundidad de su mirada, y que parece ser proclive a intensos arrebatos religiosos, como demuestran sus reacciones ante la cercanía de crucifijos.

Para mi, como habrás adivinado, la visita representa un motivo de inmensa satisfacción, únicamente enturbiada por la ausencia del admirable McGrog. Y, como conozco la riqueza de matices de tu alma y tu permanente anhelo de belleza literaria, me he permitido tomar prestado de la biblioteca del señor (concretamente de la parte a la que se accede mediante la manipulación de un falso panel de madera), un libro del egregio autor Donatien Alphonse Françoise, pura poesía cuyas intrincadas descripciones y el fervor que emana de sus ilustraciones son capaces de conmover incluso a las personas más insensibles. Tuyo afectísimo.

W.

10:46 AM
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Rose Downstairs dijo...
Querido diario, no puedo esperar un minuto más para contarte que hoy he visto en una de esas revistas ilustradas de la peluquería de Tracy Hair al hombre más guapo del mundo, con permiso de nuestro mister de Parsonsville, Cronwell Photoshop. Como te digo es una pocholada. Por sacarle algún defecto tiene la boca siempre muy cerrada, como si quisiera esconder algo. He querido ver de quién se trataba, pero la torpe de Tracy ha derramado el tinte rubio platino nº5 en la parte del texto y me he quedado con las ganas. Tenía un porte señorial, como un aristócrata centroeuropeo de rancio abolengo, con una capa de terciopelo azul haciendo juego con sus zapatos de gamuza del mismo color que le quedaban de muerte. Y esa pajarita de raso verde esmeralda tan conjuntada con el color de sus ojos…No sabría qué hacer si un hombre así se cruzara en mi camino, querido diario, pero es posible que hasta estrenara las enaguas de seda china que mi difunta madre me regaló como ajuar cuando casi me caso con el jardinero de los Anazugasti-Arana de Apatamonasterio. Tengo que dejarte, querido diario. La llegada del conde Béla Dubrovnik es inminente. Y la de Porrigde también.

5:06 PM
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Rose Downstairs dijo...
Querido diario, il belo que he visto en la revista de la peluquería es…es…es…¡¡¡¡el Conde Béla Dubrovnik!!! ¡El mismo que nos va a visitar este week-end! Me lo ha dicho la cocinera Kitty-Chen y casi me caigo de la impresión. Debe de ser un hombre muy vanidoso porque ha mandado traer dos docenas de espejos serigrafiados con su retrato de cuerpo entero para que los coloquemos en lugar de los que hay colgados en Parsons Manor. No es de extrañar. Un espejo debería rehusar a que nadie más se pusiera delante de él después de que lo haya hecho un hombre tan apuesto como el Conde.

6:21 PM
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Louella Parsons dijo...
SANS-FOY dear,

¿te has vuelto loco?.

Hace un año lady Cadbury llegó acompañada de un tal Vladimir que había conocido en un cóctel en Londres.
Enseguida me pareció un hombre odioso. Hablaba tan alto que el pequinés de mamá permaneció escondido dos días durante los cuales perdió parte del pelo.
Sus malos modales acompañados de una intolerable vehemencia nos aniquilaron a todos incluidas varias piezas de la exquisita porcelana azul que tanto te gusta.

¿Otro ruso en Parsons Manor?

Definitely not!!

7:18 PM
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Ebenezer McGrog dijo...
He de decir que Saint George –algunos prefieren llamarlo Santurtzi por alguna razón difícil de entender- es un lugar, cuando menos, pintoresco y no exento de un primitivo encanto. Los indígenas parecen laboriosos y afables, e incluso hay momentos en que la franca rudeza de sus modales me trae ecos de otras tierras más familiares. El viaje hasta aquí podría ser descrito como dantesco por un carácter menos curtido en el trato con el pequeño Arnold, cuyo paso por Francia no será fácil de olvidar. Lo cierto es que, al fin, nos encontramos cómodamente instalados en una casa señorial perteneciente al Príncipe Lothar von Metternich-Manzarbeitia, tío del prometido de Milady, que pasa aquí unos días con la Princesa Federica Brunilda, su augusta esposa. La construcción se alza en un bonito paraje situado a las afueras de la villa; escribo estas líneas mientras el barón hace flexiones en la terraza y del jardín llegan los gritos del Príncipe y de Arnold, enfrascados en un pasatiempo relacionado con tigres y leones. La tarde se acuesta plácidamente, y desde mi ventana puedo divisar un mar azul plomo surcado de estelas. Me pregunto cómo andarán las cosas en Parsons Manor.

8:50 PM
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
LOU, querida.

Algunos interpretarían tu "Definitely not" como una negativa.
Pero quien conoce tu natural generoso y bonancible no podrá menos que entenderlo como un Sí con objeciones.

Te sugiero que permanezcas atenta al firmamento esta noche a partir de las doce.

Postdata: el conde Dubrovnik no es ruso. Puedes estar tranquila a ese respecto: nadie arrojará a la chimenea tu cristalería de Bohemia.

Yours faithful

Eugène de Sans-Foy

9:10 PM
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Rose Downstairs dijo...
¡Qué elegancia! ¡Qué porte de grande de Europa! ¡Qué modales tan refinados! ¡Qué mirada tan penetrante y misteriosa! Y esa monada de broche de "batman" que prende su capa…

Realmente el Conde es un hombre extraordinario.

10:18 PM
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Louella Parsons dijo...
SANS-FOY (9:10)
¿natural generoso y bonancible?

Querido, la adulación no es tu estilo,
¿qué te traes entre manos?

Desde que colaboras con el Foreign Office he advertido en ti una repentina afición detectivesca y misteriosa.

12:23 AM

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