
Ebenezer McGrog dijo...
De vez en cuando, el sol se abre paso entre las veloces nubes y arranca jirones de luz a las faldas de los montes. La tierra parece despertar, y los pardos y grises ceden su lugar por un instante al resplandor verde de la grama y al brillo dorado de las aulagas. El viento llegado del mar barre las laderas y va sacudiendo los brezales, cuyo susurro se mezcla con el rumor de los riachuelos que descienden a los valles. Y así transcurre la tarde, mientras las águilas dibujan lentos círculos en el cielo, muy a lo alto, sobre los lagos oscuros, sobre los bosques y las colinas entreveradas de antiguas piedras. Escocia, Rose. Escocia. Quizás... Vaya, más de las doce y aún no he inspeccionado las cocheras.
12:08 PM
De vez en cuando, el sol se abre paso entre las veloces nubes y arranca jirones de luz a las faldas de los montes. La tierra parece despertar, y los pardos y grises ceden su lugar por un instante al resplandor verde de la grama y al brillo dorado de las aulagas. El viento llegado del mar barre las laderas y va sacudiendo los brezales, cuyo susurro se mezcla con el rumor de los riachuelos que descienden a los valles. Y así transcurre la tarde, mientras las águilas dibujan lentos círculos en el cielo, muy a lo alto, sobre los lagos oscuros, sobre los bosques y las colinas entreveradas de antiguas piedras. Escocia, Rose. Escocia. Quizás... Vaya, más de las doce y aún no he inspeccionado las cocheras.
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