"Querida, nunca entendí para qué servían los castillos... hasta que nos volvimos todos tan demócratas".

domingo, 11 de abril de 2010

ST. CRISPIN'S DAY





Ebenezer McGrog dijo...
Oh, Señor, ilumina mis pasos en este amanecer de zozobra. Presagios funestos asedian mi ánimo: he soñado que unos diablos con las caras pintadas de azul y púrpura devoraban las entrañas de un ángel blanco. Pugnan en mí fuerzas contrarias: la lealtad y el orgullo frente a... ¿Frente a qué, Ebenezer?

Si hemos de morir, ya somos bastantes
Para causar una pérdida a nuestro país; y si hemos de vivir,
Cuantos menos hombres seamos, mayor será nuestra porción de honor.
¡Dios lo quiera! te lo ruego, no desees un solo hombre más.
Por Júpiter, no codicio el oro,
Ni me importa quién se alimente a mi costa;
No me angustia si los hombres visten mis ropas;
Esos asuntos externos no ocupan mis deseos:
Pero si es pecado codiciar el honor,
Soy la más pecadora de las almas vivientes.
No, creeme, primo, no desees un solo hombre de Inglaterra:
¡Paz de Dios! no perdería un honor tan grande
Como el que un solo hombre creo que me arrebataría
por lo que más deseo. ¡Oh, no pidas uno solo más!
Proclama, en cambio, Westmoreland, por mi ejército,
Que el que no tenga estómago para esta pelea,
Que parta; se redactará su pasaporte
Y se pondrán coronas para el viático en su bolsa:
No quisiéramos morir en compañía de un hombre
Que teme morir en nuestra compañía.
Este día es la fiesta de Crispiniano:
El que sobreviva a este día y vuelva sano a casa,
Se pondrá de puntillas cuando se nombre este día,
Y se enorgullecerá ante el nombre de Crispiniano.
El que sobreviva a este día, y llegue a una edad avanzada,
Agasajará a sus vecinos en la víspera de la fiesta,
Y dirá: ´Mañana es San Crispiniano´.
Entonces se alzará la manga y mostrará sus cicatrices
Y dirá, ´Esta heridas recibí el día de Crispín´.
Los viejos olvidan: y todo se olvidará,
Pero élrecordará con ventaja
Qué hazañas realizó en ese día: entonces recordará nuestros nombres.
Familares en sus labios como palabras cotidianas
Harry el rey, Bedford y Exeter,
Warwick y Talbot, Salisbury y Gloucester,
Se recordarán como si fuera ayer entre sus jarras llenas.
El buen hombre contará esta historia a su hijo;
Y nunca pasará Crispín Crispiniano,
Desde este día hasta el fin del mundo,
Sin que nosotros seamos recordados con él;
Nosotros pocos, nosotros felizmente pocos, nosotros, una banda de hermanos;
Porque el que hoy derrame su sangre conmigo
Será mi hermano; por vil que sea,
Este día ennoblecerá su condición:
Y los gentileshombres que están ahora en la cama en Inglaterra
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,
Y tendrán su virilidad en poco cuando hable alguno
Que luchara con nosotros el día de San Crispín.

9:07 AM
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Rose Downstairs dijo...
Milady Louella, no es por preocuparla pero he de decirle que durante toda la noche he estado oyendo extraños sonidos en la habitación del Sr. McGrog. Bien parecía que toda la plantilla de los "all-blacks" estuviera dentro. Y por si tuviera algo que ver le advierto que faltan "Gladiator" "Amanecer Zulú" y la colección de la serie de dibujos animados "Autos Locos" de nuestra colección de vídeos.

9:55 AM
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Ebenezer McGrog dijo...
Señor, me permito indicar que la presencia del criado de Monsieur de Sans-Foy a bordo de una de las embarcaciones hubiese hecho aconsejable el envío de observadores internacionales.
¿Cómo prefiere Su Excelencia que estibemos el codillo y las botellas de Schnaps? Una correcta distribución de pesos puede ser factor decisivo.

10:31 AM
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Wilbur Porridge dijo...
Ahí está el viejo McGrog más tieso aún de lo acostumbrado, el diablo lo confunda. Tan erguido que si se le atara una vela podría servir de mástil y hacer inútiles los remos. Observo que los bordes de nuestra embarcación están llamativamente cerca del agua, y de hecho amenaza con hundirse cuando el señor y yo embarquemos. Espero que ese pícaro de Neddy no se haya pasado con la cantidad de plomo que le encargué acoplar a la quilla.

11:36 AM
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
LA REGATA (I)


Lou, darling:

La de hoy ha sido la carrera más extraña que he visto (a excepción quizá de mi paso por Cambridge)

Había bastante espectación a orillas del río, incluído el camión de los helados y una oficina flotante de la casa de apuestas Earthwin&Fire.

Tras saludarnos caballerosamente, tomamos posiciones en nuestros botes, y nos disponíamos a partir cuando Porridge observó que el bote de Rainer tenía un cablecito enganchado al timón.
Echamos un vistazo y, en efecto, el tal cablecito estaba sujeto a un yunque de herrero de 200 libras.
Subsanado el problema, volvimos a nuestras posiciones, pero esta vez fue McGrog quien observó que nuestro bote estaba escorado a popa: en efecto, un análisis minucioso reveló un agujero de media pulgada en el casco, por donde embarcábamos agua a gran velocidad.
Un corcho de Champagne dio la medida exacta del problema, al tiempo que nos daba la ocasión de brindar por la honestidad de nuestras tripulaciones.
(Ese diablo de Arnod Fitzwilliam tiene mucho que explicar).

Lady Raspa –única entre los presentes que lleva revólver- dio al fin la salida, y nuestras proas surcaron las aguas como la tijera del sastre corta la finísima seda. Osea: chapuceramente y a trompicones.

(SIGUE)

12:09 PM
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Ebenezer McGrog dijo...
Tratando de ser imparcial, Milady, el hecho de que Porridge suministrara a Monsieur una carta de navegación correspondiente a la Gran Barrera de Arrecifes quizás haya podido ejercer cierta influencia en los desconcertantes cambios de rumbo de la embarcación contraria. Si a ello añadimos la misteriosa desaparición de la mayoría de sus remos y el homérico despliegue de facultades del barón von Drahthaar-Schnauzer, que en algunos momentos parecía dispuesto a invadir Rusia, nadie puede extrañarse del resultado final.

12:58 PM
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
LA REGATA (y II)

Habíamos avanzado un buen trecho cuando observé que el equipo contrario estaba tomándonos la delantera.
Me volví para dar aliento a Porridge y lo ví lidiando con un sedal que lo ataba por la cintura a un árbol de la orilla. (Ese pequeño monstruo de Arnold Fitzwilliams me las pagará todas juntas)
Afortunadamente, nunca salgo sin mi excelente navaja Nowill & Sons, que liberó a Porridge de sus ataduras terrenales.
Pronto alcanzamos la popa enemiga. Tu prometido, con su ridículo sombrerito tirolés, remaba con el frenesí de un fogonero teutón, y el rostro de escarlata de McGrog era visible a varias millas.

Aquí es cuando sucedió:

Estaríamos a una milla de la meta, y la bruma cubría por completo las aguas del Cam. Habíamos dejado atrás a nuestros rivales cuando, de pronto, sentí que los remos cortaban sólo aire.
Siendo, como soy, poco propicio a creer en hadas madrinas y canoas voladoras, miré a mi alrededor y vi que estábamos varados sobre algo, y que ese algo nos sostenía pacificamente a una yarda del agua.

La niebla se hacía más y más densa, pero no tanto como para no ver que McGrog, Rainer y su sombrerito habían vuelto a rebasarnos.
(Por algún extraño efecto óptico, McGrog daba la impresión de ir remando en sentido opuesto a su amo… cosa de todo punto imposible, pues la embarcación avanzaba al ritmo de los frenéticos bufidos del barón)

¿Y qué diantres sucedía con nosotros?
Nuestros remos no tocaban el agua. Estábamos suspendidos sobre una cosa negra y dura como el lomo de una maldita ballena fluvial.
Y allí seguíamos cuando Rainer entonó sus Mugidos Victoriosos. (Hace falta ser muy teutón para llevar una trompa de caza en un bote de remos)

En fin, querida…
Sigo sin saber qué diantres ocurrió... pero la Victoria -esa golfa voluble- es toda suya.

Cuando se disipó la niebla, flotábamos pacíficamente sobre el río como una maldita boya. Ni rastro del cachalote fluvial que nos secuestró.

Porridge –qué muchacho éste- daba tales vítores a los ganadores, que a punto estuvimos de volcar.
Me complace ver cómo el fair play ha arraigado en sus costumbres plebeyas. Decididamente, querida, y digan lo que digan… creo que somos una buena influencia para el servicio.

1:26 PM
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Arnold Fitzwilliams dijo...
Te aseguro, tía Lou, que yo no sé nada de una regata Es cierto que quizás haya podido comerme todo el pastel de arándanos sin darme cuenta, ahora no lo recuerdo bien pero es cierto que ha podido suceder. Siempre estáis diciendo que los niños deben comer mucho para estar fuertes, y puede ser que no me acuerde de si comí el pastel a causa de la debilidad que me impide pensar. Una vez el Sr. Lomax nos dijo en clase algo sobre la falta de manesio y el celebro, es posible que mi cuerpo no tuviese mucho manesio y me obligara a coger ese pastel. Y también el helado de limón, sí. Y algunas galletas de jengibre. Pero vuelvo a asegurarte que no tengo nada que ver con lo de la regata.

2:47 PM
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Louella Parsons dijo...
Mi querido SANS-FOY, cuánto lamento que no lo hayas logrado.
¿Qué ha ocurrido? Estaba convencida de tu victoria.

Nunca imaginé que Rainer pudiera defenderse en un asunto deportivo y mucho menos que supiera lo que era un remo.

Según me cuentan, remó y luchó con vehemencia, algo que se me antoja casi remoto en mi Rainer, pero ahora todo me cuadra.
Ayer su entusiasmo por la competición era tal que llevó el asunto a la categoría de acontecimiento, algo perfectamente exagerado, corriendo detrás de McGrog por todos los pasillos de Parsons Manor embutido en los calzones del primo James dándole instrucciones sobre cómo debían diseñar la estrategia ganadora.

The day after está siendo algo distinto, querido.
El entusiasmo ha ido declinando a medida que los dolores y la insolación han ido apareciendo cruelmente en el maltrecho cuerpo de Rainer.

Querido, no sabes cómo me estoy riendo. Lo observo recostado en el chaise-longe, con la cara roja por el implacable sol inglés y con su sombrero verde tirolés (que aun no se ha quitado) y me recuerda a un rábano gigante. No se lo digas, el pobre necesita ahora nuestro apoyo.

7:57 PM
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Monsieur de Sans-Foy dijo...
Lou, querida:

Quítale ese sombrero aunque sea con forceps. Probablemente el sol le ha hinchado la cabeza -ya de por sí magnífica- y el fieltro se ha encajado sobre ella como la caca de paloma sobre la cúpula de Saint Paul.
Libera su cerebro antes de que sea tarde.
Por cierto ¿Tienes idea de dónde será la prueba continental a la que asistirá con McGrog?
(Perry Lacoste dijo algo de un lugar llamado Sant Urce... no tengo ni idea de dónde cae).

8:15 PM
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Rose Downstairs dijo...
No, Sr. McGrog, no es que padezca el "mal del hombre lobo" de repente. Lo que tiene no es vello rebelde, sino decenas de sanguijuelas adheridas por toda la superficie corporal.

8:22 PM

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